Siglos antes del florecimiento de la cultura Nazca los habitantes de los oasis
de ríos en la meseta seca que se encontraban entre el Pacífico y los Andes quedando
en el sur del Perú un monumento incomparable.
Sobre un pedregal de más de 500 kilómetros cuadrados se extiende una red enorme de líneas rectas que
alcanzan cada una hasta los 10 kilómetros de longitud, formas triangulares y trapezoidales.
Entre estos hay dibujos que representan animales, seres humanos y plantas. Este conjunto sólo
se puede abarcar con la vista desde un punto muy elevado p.e. escalera, incluso las figuras de
una extensión hasta más de 300 metros sólo se puede reconocer desde el aire.
Por la naturaleza del terreno desértico de la costa se explica como se produjo todo esto.
Si se observa la capa superior, consiste en piedras oxidadas de color rojizo que se ponen al
descubierto ante un fondo de color amarillento, dejando contrastar con las lineas y jeroglíficos
de su entorno.
Lo que hasta ahora todavía no se sabe interpretar muy bién es lo que significa realmente esta obra bidimensional, creada por seres humanos, cómo y en qué época fue creada.
Desde que María Reiche empezó con sus investigaciones científicas abarcando varias
materias, tratan de descubrir el significado de esta obra. Existen distintas interpretaciones,
desde un observatorio estelar gigante, caminos de un significado sagrado, lugares rituales,
sistemas de riego o incluso se discute que pudiera tratarse de campos de aterrizaje
de extraterrestres, como lo supone Erich von Däniken.
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